lunes, 20 de junio de 2016

JORNADA DE DISERTACIÓN EN ESCOBAR

Buenos Aires, 19 de junio 2016


Una nueva Jornada de Disertación tuvimos el pasado 14 de junio en Escobar, fue la invitación que tuvimos por parte de la Escuela Media Nº 3 para llevar nuestro Proyecto de difusión. 
Alumnos de 5to y 6to año de esa Institución nos recibieron, muy atentos, escucharon las ponencias, hicieron preguntas. 


Como siempre llevamos nuestra muestra fotográfica, la cual nos es de utilidad a la hora de exponer, para ilustrar con las fotos las ponencias, lo que permite una mejor comprensión del tema. 




En esta oportunidad, tratándose de alumnos de los últimos años del nivel secundario, abordamos con mayor profundidad los temas referidos al Tratado Antártico y los aspectos geográficos e históricos. 


Por primera vez pudimos mostrar un video, editado especialmente, sobre el Rescate de Fossil Bluff, realizado en el año 1971. En el video los alumnos pudieron ver las filmaciones realizadas por el entonces Teniente de Navío Roberto Seisdedos, y las fotos de su archivo personal, disposiciones, agradecimientos y recortes de diarios de la época. Fue nuestra sorpresa para Roberto, armamos el video con todo el material que nos prestó semanas atrás.



Luego los alumnos pudieron escuchar al Capitán de Fragata (RE) Roberto Seisdedos contarles cómo fueron los pormenores de ese rescate realizado en la Antártida, por el cual fue condecorado por la Reina de Inglaterra, condecoración que al producirse el Hundimiento del Crucero A.R.A. "General Belgrano" y a dos días de ocurrido el hecho, entregó en la Embajada de Suiza en nuestro país dicha condecoración. 





Se buscó durante la Jornada apoyar las ponencias con videos cortos que permitan comprender mejor; así los jóvenes pudieron ver cómo avanza en un campo de hielos el buque Polar Vasiliy Golovnin; cómo aterriza el avión Hércules en la Base Marambio. cómo aterriza un Beechcraff 200 en la pista March, en la Isla Rey George,(Isla 25 de Mayo), cómo se cargan los barcos en el puerto de Bs. As. con la carga que va a ser llevada a las bases antárticas argentinas; cómo rompe el huevo un pichón de pingüino al nacer, entre otro videos y proyecciones. 


Para conocer las bases antárticas argentinas se le proyectó videos realizados por la dotaciones de la invernada 2014 de la Base Orcadas  y la dotación de la Base Belgrano 2, donde pudieron además de conocer las instalaciones, apreciar cómo trabajan, cómo cocinan y cómo "hacen agua". 




Antes de finalizar la Jornada, que se desarrolló en ambos turnos, los docentes que integramos el Proyecto de las Jornadas de Disertación hicimos entrega de un libro para la biblioteca de la escuela, el cual entregamos a su director Prof. Leonardo Coronado.  El libro que seleccionamos fue "Antártida. Asentamientos Balleneros Históricos". El libro es uno entro otros que nos donara el Director del Museo del Presidio de Ushuaia, Lic. Carlos Vairo, para que entreguemos en las escuelas a las que concurrimos nuestro Proyecto. 



El Capitán de Fragata (RE) Roberto Seisdedos, también entregó al Director una publicación donde se refiere a nuestros "Hombres de Mayo", con motivo de la proximidad de los Festejos del Día de nuestra Bandera Nacional y los del Bicentenario de nuestra Independencia. 



El Director de la Escuela Media Nº 3 Leonardo Coronado se dirigió a los alumnos destacando la importancia de este tipo de actividades en la escuela.

En particular, este equipo docente quiere agradecer a las autoridades de la Escuela Media Nº 3 por invitarnos a llevar nuestro Proyecto de difusión sobre la Antártida, y deseamos muy buenos augurios al señor Director en su gestión que recién comienza en esa Institución. También queremos destacar la atención y el interés demostrado por la temática de los alumnos de ambos turnos en el que se desarrolló la actividad. Se mostraron expectantes, siguiendo las explicaciones con suma atención, y han preguntado sus inquietudes. Esperamos que les haya resultado útil lo expuesto y que hayamos sembrado la curiosidad por querer saber más.

Como es nuestra costumbre, siempre que en el transcurso de nuestras Jornadas lo permite, nos tomamos un tiempo para registrar nuestro paso por las escuelas que nos invitan.






Una Jornada más desarrollada durante este ciclo lectivo, la segunda Jornada desarrollada en Escobar.

Es tiempo de seguir avanzando en nuestro camino de difusión, con nuevos disertantes que se suman a nuestro Proyecto; este año con una agenda completa, dado que más escuelas se suman en los pedidos para que las visitemos, trataremos de cumplir con todas. A las que ya visitamos, a las que nos esperan les decimos ¡Muchas Gracias!. 


Lic. Dora E. Gerez
Proyecto Antártida
Docentes - Escobar
Bs. As.  Argentina



miércoles, 1 de junio de 2016

Historias Antárticas Argentinas: "NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES" Campaña Antártica 1958-1959

Para quienes nos gusta la investigación, la búsqueda de información se torna algo cotidiano y a veces esa búsqueda nos lleva a encontrar historias como ésta, que no se conocen, que tal vez vieron la luz alguna vez y pasaron al archivo del tiempo, al arcón con tantas otras historias que merecen ser conocidas. ¡Y ésta es una de ellas!
Hoy la búsqueda me llevó a encontrarme con una publicación del año 1981 de la revista "Antártida" editada por el Instituto Antártico, la edición Nº 11 de ese año ISSM 0302 5961

Esa revista llegó a mis manos luego de una afanosa búsqueda, dado que en ella hay una publicación en particular que me interesa sobre un tema antártico que vengo investigando. 

Y al ojearla encuentro esta nota, que lleva el nombre de "Nuestra Señora de los Abismos Antárticos..?". El autor es el Duilio Barbieri, Capitán de Fragata Capellán (RE).

He aquí la nota que la comparto con los lectores de este blog, seguramente les resultará interesante y a su vez mística e increíble.

Sucedió en la Campaña Antártica 1958-1959. Al embarcarme en el rompehielos General San Martín, recibí dos imágenes de la Santísima Virgen María: una, de Stella Maris, para entronizar en la estación científica Ellsworth, de la Marina y otra, de Nuestra Señora de las Nieves, para entronizar en la base de Ejército General Belgrano.

Venía embalada en un pequeño cajón de madera y fue esta imagen la protagonista, llamémosle así, de una serie de curiosos sucesos que cada uno puede interpretar a su manera.


En el buque, entre el personal de Ejército, encontré al entonces Teniente Primero Alberto Santiago Maciel que iba a la base General Belgrano de segundo jefe. Tuve una gran alegría pues éramos amigos de la infancia y durante la travesía planificamos una digna ceremonia de entronización.

Después de atravesar el mar de Weddell, llegamos a Belgrano el 10 de enero. Apenas atracamos quité la cuerda con que había asegurado las imágenes contra el rolido y esperé el momento oportuno para la piadosa ceremonia, autorizada, por supuesto, por los respectivos comandos que deseaban exteriorizar convenientemente la importancia que revestía el acto de dejar en compañía de la Santísima Virgen a esos hombres que por un año vivirían aislados de los demás, pero en estrecho contacto con su propia conciencia; magnífica oportunidad para unos largos ejercicios espirituales.

A pesar de que se fijó el horario varias veces, la ceremonia de entronización se pospuso siempre a última hora cuando el momento adecuado parecía inminente, surgía algún problema imprevisto.

La demora ya preocupaba a los comandos, pero eran ellos mismos los que se veían obligados por las circunstancias a ordenar la postergación. Daba la impresión de que alguien más estaba influyendo en los acontecimientos. 



Finalmente, se fijó nuevamente fecha y hora que debían ser definitivos porque el tiempo se acababa. Sin embargo, tampoco pudo concretarse: un pronóstico meteorológico obligó a una rápida zarpada. Subió a bordo el personal relevado y quedaron en el pie de hielo los que permanecerían allí por dos años; entre ellos el Teniente Maciel con un trineo cargado de libros enganchado a un tractor; a él di la imagen y algunas indicaciones sobre la manera de entronizarla.

Ni bien la colocó en el trineo, sobrevino otro inconveniente: el trineo se atascó en un accidente del hielo. Hubo que trasladar a bordo su carga e izarlo con la pluma del buque. Hecha la operación se lo volvió a cargar, pero la Virgen no aparecía. Todos se unieron en la búsqueda.

Al fin, apareció en el lugar más impensado: sobre unos tambores de combustible en un apartado rincón de la cubierta; estaba húmeda de la llovizna que comenzaba. 

Se la entregué nuevamente al Teniente Maciel y aún recuerdo las palabras con que lo hice: "Llevala en tus propias manos porque me parece que no quiere salir de aquí". Él la tomó y la llevó consigo en la cabina del tractor.

Al regresar de Ellsworth, pasamos por allí. A cierta distancia estaban los hombres de Belgrano saludándonos por última vez. Yo, con gestos, pregunté por la Virgen y me contestaron con otros gestos que no pude entender. Era un día de sol. Mientras nos alejábamos los veíamos a través del aire diáfano y seco de la Antártida, como manchas oscuras cada vez más pequeñas sobre la nieve que brillaba contra el azul intenso del cielo; un paisaje bello, pero estático y sin vida. 

Al año siguiente, el romprehielos, por priemera y única vez en la historia de las campañas antárticas, no pudo llegar a la base General Belgrano y la dotación que dejamos no pudo ser relevada. Al cabo de dos años, cuando regresaron, supe lo que quisieron decirme con los indescifrados gestos: al partir el San Martín, partió también para su base, el tractor remolcando el trineo. De pronto, los que iban en estos vehículos vieron que sobre el hielo se venía abriendo una grieta en dirección a ellos; aceleraron para pasar antes pero el tractor se detuvo por falta de combustible; apresuradamente abandonaron la cabina con el tiempo justo para desenganchar el trineo y empujarlo más allá de la dirección de la grieta; ésta pasó exactamente bajo el tractor que se hundió con la imagen que llevaba en la cabina.



Los expertos dicen que la profundidad de las aguas en ese lugar es de unos 2.000 metros y allí abajo está la Virgen de las Nieves embalada aún en su cajoncito de madera.

La Virgen de Luján manifestó de un modo bastante parecido su voluntad de permanecer en el paraje donde ahora se levanta la Basílica. En nuestro caso nada se puede afirmar; pero tampoco negar que quizá la Virgen María quiso quedarse en esas aguas para ser NUESTRA SEÑORA DE LOS ABISMOS ANTÁRTICOS. 


Una historia que quizás como yo no la conocías, y que forma parte de nuestra historia antártica argentina.



Lic. Dora E. Gerez
Proyecto Antártida
Docentes - Escobar
Bs. As. Argentina

DOTACIÓN DE LA BASE ORCADAS 1986: ENTREVISTA AL DR. HORACIO SOLOAGA

El Doctor Horacio Soloaga  invernò en el año 1986 en la Base Antàrtica Orcadas, 

los invitamos a conocerlo a través de la siguiente entrevista:


Nombre:  Horacio Soloaga

Estudios:  Universitarios

Profesiòn: Mèdico Especialista en Enfermedades Infecciosas





Lic. Dora E. Gerez:  

¿Podrìas contarnos sobre tu experiencia en la Antàrtida?

Dr. Horacio Soloaga: 

"Seria imposible poder resumir en pocas líneas mi experiencia en la Antártida  El continente blanco es màgico y todos los que hemos tenido la oportunidad de pasar algún tiempo allí, jamás podremos olvidar una experiencia tan fascinante.

Allí he pasado de los mejores y de los peores momentos de mi vida. 

Quienes han sido Antárticos quedan marcados para siempre. Uno nunca se olvida de lo vivido y los pensamientos son recurrentes aunque pasen los años. 

El día a día es un descubrimiento nuevo, y una experiencia irrepetible. Allí aprendí a conocerme a mí mismo. Viví experiencias extremas, algunas de ellas límites  situaciones en las que la muerte cercana era una realidad y eso me marcó mucho. Me enseñó a saber cómo era mi carácter y a conocer mis reacciones en esas situaciones. 

Lo más difícil para mí fue la lejanía con mis seres queridos y la convivencia. Al clima extremo uno se acostumbra y con buena ropa, preparación y prudencia, las bajas temperaturas, el viento y la nieve son cosas a lo que uno se adapta más o menos rápidamente  Sin embargo las interrelaciones personales son difíciles  no porque uno sea mejor o peor que sus compañeros de invernada, sino porque cada uno tiene una historia particular y diferente. La soledad y el aislamiento hacen que situaciones cotidianas y banales, sean magnificadas o mal entendidas. 

En aquella época no contábamos con internet, ni televisión  ni teléfonos (la comunicación con la familia se hacía a través de un equipo de radio bastante antiguo), de manera que esto contribuía a acentuar las condiciones de aislamiento.

A pesar de esto, me considero un privilegiado. La magnificencia del paisaje y el contacto con una naturaleza impactante y poco modificada por la mano del hombre, compensan aquellas situaciones difíciles que me ha tocado vivir. 

Sè que es casi imposible, pero mi sueño seria poder visitar, aunque fuera algunas horas, aquel lugar que me marcó tan profundamente. 





Lic. Dora E. Gerez:

¿Cuándo fuiste por primera vez a la Antártida?, ¿a què Base?, ¿cómo fue esa primera experiencia?


Dr. Horacio Soloaga:

"Fui a la Antártida en los primeros días del año 1986. luego de casi un año de preparación  e inverné en la Base Orcadas del Sur hasta marzo de 1987. En mi viaje de regreso navegando en el Transporte Polar Bahía Paraíso, tuve la oportunidad de participar en la campaña de reabastecimiento de otras bases Antárticas  de manera que conocí  Decepción  Jubany (actualmente Carlini), San Martín  Primavera y Almirante Brown (tal vez el paisaje más impresionante que he visto en mi vida).

Creo que en la primera pregunta comenté como había sido mi experiencia. El balance final fue sumamente positivo. ¿Cómo olvidarme de aquellas excursiones para visitar loberìas de miles de ejemplares, o caminar entre una colonia de pingüinos, o caminar sobre glaciares imponentes, o esquiar rodeado de la inmensidad y el silencio?. Eso y decenas de experiencias difíciles de repetir en algún otro lugar, hace que la aventura resultara apasionante". 



Lic. Dora E. Gerez:

¿Qué tareas realizabas como miembro de la Dotación?


Dr. Horacio Soloaga:


"La dotaciòn de Orcadas de aquellas èpocas estaba conformada por 14 personas, cada una con diferentes formaciones: el jefe, biòlogos, meteoròlogos, electricista, electrònico, cocinero, camarero, geomagnetista, maquinista y yo que era el mèdico de la Base. 

Mis tareas no eran solamente la atenciòn sanitaria de mis compañeros (contaba con un pequeño consultorio), sino que tambièn me encargaba de otras funciones como: control y racionamiento de los vìveres, otros insumos no comestibles (por ejemplo elementos de limpieza y aseo), conservaciòn del mobiliario y responsable de la biblioteca y de los elemntos de diversiòn. 

Tenìa otras dos funciones particulares: era el fotògrafo de la base (tenìa una minùscula sala de revelado en blanco y negro=, y era uno de los dos observadores glaciològicos terrestres, es decir que era el responsable de realizar los informes sobre la temperatura del agua, la presencia de hielo marino y la deriva de los tèmpanos que se veìan desde la costa. 

Obviamente tambièn participaba de las tareas comunes de todos los miembros de la dotaciòn, entre ellas y como una de las màs importantes, la fabricaciòn de agua. Diariamente y en pareja, debìamos derretir hielo o nieve para obtener agua potable, imprescindible no solo para beber, sino tambièn para cocinar, asearse y limpiar.

Como veràs, no habìa tiempo para aburrirse".



Foto: Casa Principal en invierno


Lic. Dora E. Gerez:


¿Has ido a la Antàrtida como miembro de una Dotaciòn en otras oportunidades?


Doc. Horacio Soloaga:

"No, fue mi ùnica oportunidad de visitar la Antàrtida"



Foto: Las ruinas de Omond House (la primera casa habitada en todo el territorio Antártico en el año 1.904- Monumento Histórico Nacional)



Lic. Dora E. Gerez:

¿Podrìas contarnos alguna experiencia en particular que hayn vivido durante la invernada, de modo que los lectores del blog puedan comprender un poco màs lo que significa estar trabajando en un lugar tan maravilloso como es la Antàrtida?


Dr. Horacio Soloaga:

"Es muy difìcil elegir una experiencia de todas las que me tocò vivir, sin embargo resumirè una que fue particularmente excitante. 

Era otoño en Orcadas y aùn no se habìa formado el pack de hielo que nos acomàñarìa todo el invierno y parte de la primavera. Una mañana vimos en el horizonte la figura no muy lejana de un barco. Intentamos infructuosamente comunicarnos por radio, lo cual no nos dejaba de llamar la atenciòn. Nuestro jefe echò al mar el zodiac con la idea de llevar a los dos biòlogos a un refugio distante unos 3 km de nuestra base, sin embargo aprovechò para tratar de acercarse a ese misterioso barco. A los pocos minutos de navegar se le plantò el motor y quedaron al garete, situaciòn extremadamente complicada ya que podìa significarles perderse en aguas antàrticas. 

Yo estaba en la base y recibo la llamada por radio pidièndome ayuda. Junto con otros integrantes de la dotaciòn armamos el segundo Zodiac de rescate (una tarea que me resultò muy difìcil por mi inexperiencia) y nos lanzamos al mar (otras tres personas y yo mismo). 

Para mi horror, a los pocos minutos tambièn nos quedamos sin motor, con el agravante de que por el apuro y la improvisaciòn nos habìamos olvidado de poner el tapòn de espiche de la lancha, por lo que empezamos a hacer agua. Nuestra situaciòn era desesperada. Media dotaciòn, en dos Zodiacs diferentes, sin motores y alejàndonos de la costa.

Por suerte nuestro maquinista actuò ràpidamente y pudo poner en marcha nuestro motor, de manera que al avanzar salìa el agua que habìa entrado a la lancha; sin embargo cada 23-30 mts. se volvìa a plantar por lo que la situaciòn se repetìa. 

Asì seguimos durante varios minutos, motor que se paraba, entraba el agua, lo hacìan arrancar y a avanzar nuevamente. Por suerte pudimos llegar al bote de nuestros compañeros, nos amadrinamos a ellos y nos quedamos allì. 

Afortunadamente desde el barco se habìan dado cuenta de nuestra situaciòn y vinieron a nuestro rescate (como en las pelìculas). Se trataba de un buque factorìa sovètico (esto sucedìa en el año 1986 y la U.R.S.S. aùn no se habìa disuelto) que era parte de una flota pesquera que pasaba por allì.

Nos invitaron a subir mientras reparaban nuestras lanchas. Recorrimos las enormes instalaciones, nos invitaron a comer alimentos exòticos (entre ellos corazòn de ballena) y uno de los marineros me hizo uno de los mejores regalos de mi vida: una maceta con un tipo de enredadera. La llevè de regreso a mi cuarto y la cuidè como un tesoro. Era la ùnica planta que verìamos en màs de un año. Sobreviviò toda la invernada y se la entreguè orgulloso a quien me reemplazò (supongo que ya no existirà).

La Antàrtida no perdona los errores y las imprudencias. Nosotros tuvimos suerte y a partir de esa situaciòn tratamos de cumplir a rajatabla todos los protocolos de seguridad".



Foto: Cambio de Dotación 1985-1986


Lic. Dora E. Gerez:

¿Còmo sobrellevaban el hecho de estar lejos de sus familias tanto tiempo? ¿còmo ocupaban el tiempo libre en la Base?


Dr. Horacio Soloaga:

Creo que todos lo llevàbamos bastante mal. Nos podìamos comunicar por radio un par de veces por semana. Era poco, pero por lo menos tenìamos la voz de nuestros seres queridos y las noticias del continente. Tratàbamos de disimular la soledad con trabajo, lectura, juegos y largas horas de charla. !Què bien nos hubiera venido internet!.

Tenìamos algunos juegos: pool, ping pong, ajedrez, damas, cartas, y tambièn contàbamos con algunas series viejas y pelìculas antiguas que veìamos un par de veces por semana y nos ayudaban a distraernos. No obstante la variedad no era muy amplia. 

A veces organizàbamos campeonato de truco, fùtbol y billar. Tambièn tenìamos una biblioteca bastante surtida, asì que leìamos bastante. 

Esa era toda nuestra diversiòn. El resto del tiempo era trabajar duro y aprovechar las horas para disfrutar de las maravillas que nos rodeaban".



Foto: Casa Principal

Lic. Dora E. Gerez:

¿En base a tu experiencia en una Base Antàrtica Argentina, ¿què podrìas decirles a los jòvenes y a los lectores del Blog sobre la Antàrtida?


Dr. Horacio Soloaga:

" Argentina tiene una rica historia de màs de cien años de permanencia en la Antàrtida. Orcadas del Sur fue el primer establecimiento humano permanente en el continente blanco. 

Centenares de hombres y mujeres entregaron su tiempo y muchos de ellos su vida, para mantener  la presencia de nuestro paìs en aquellos territorios.

La Antàrtida debe ser una polìtica de estado permanente e irrenunciable, independientemente de quien gobierne nuestro paìs. No podemos tirar por la borda todo lo hecho en tantos años de historia. Debemos promover màs firmenente la investigaciòn cientìfica en glaciologìa, geomagnetismo, biologìa maritima, metereologìa entre otras àreas de estudio. 

Debemos asegurar los medios logìsticos propios para el reabastecimiento de todas las bases, tanto permanentes como las temporarias y planificar adecuadamente toda la actividad Antàrtica. 

Finalmente deberìamos promover a nivel educativo y desde los primeros niveles escolares, el estudio y el conocimiento de todo lo relacionado con la Antàrtida, que es una extensiòn de nuestro propio territorio. La conciencia de la sociedad harà que el tema no resulte extraño, sino un concepto permanente en el ideario nacional".





¡Muchas gracias por hablarnos sobre tu experiencia antàrtica Horacio!