Buenos Aires, 31 de marzo 2015.
El cambio climático está afectando negativamente a la Antártida y esto está siendo manifiesto por las temperaturas registradas el 23 de marzo 2015 en la Base Argentina Marambio, cuyo registro fue de 17.4ºC; pero si este registro se creía elevado al día siguiente en la Base Argentina Esperanza la temperatura alcanzó los 17.5ºC, siendo ésta una marca récord de temperatura; registro que aún no ha sido registrado como oficial hasta tanto la Organización Meterológica Mundial lo valide como tal.
Sobre casi toda la superficie del continente antártico impera el clima polar, donde la temperatura promedio del mes más cálido no supera los 0ºC.
El clima llamado de tundra, donde el promedio del mes más cálido supera los 0ºC, se presenta sólo en las zonas costeras más septentrionales, como en la Península Antártica, islas adyacentes e islas subantárticas. La temperatura media de esta región es de -17ºC y la más baja se registró en la estación antártica rusa Vostok, el 21 de julio de 1983, cuando el termómetro marrcó -89ºC, la menor temperatura registrada en la superficie de la Tierra.
Estas bajas temperaturas se deben, no sólo a su ubicación en la zona polar, sino a su gran altura media y la poca radiación solar que recibe. Además, entre el 80% y el 90% de la radiación que recibe es reflejada por el hielo merced a su albedo, evitando el calentamiento de la superficie.
Es precisamente el albedo antártico el que le da gran importancia al clima en este continente ya que, al reflejar el color blanco de los extensos hielos el calor solar y devolverlo parcialmente hacia el espacio, se dice apropiadamente que la Antártida es "la refrigeradora de la Tierra" (Agenda Antártica www.agendaantartica.org).
La Península Antártica Occidental es una de las áreas de más rápido calentamiento de la Tierra, que junto con algunas zonas del Círculo Polar Ártico experimentan un rápido aumento de las temperaturas. Sin embargo, en la Antártida el cambio climático está teniendo un impacto no uniforme, con algunas áreas que experimentan aumentos en la extensión del hielo marino; en cambio en otros lugares, el hielo marino está disminuyendo, con impactos medibles sobre la vida silvestre (ASOC www.asoc.org).
La Antártida comprende dos regiones geológicamente distintos, la Antártida Oriental y la Antártida Occidental, separados por las grandes montañas Trans-antárticas, pero unidas por la capa de hielo que lo abarca todo. La presencia de altas capas de hielo y la ubicación polar hacen que la Antártida sea un poderoso disipador de calor que afecta fuertemente el clima de toda la Tierra.
La cobertura anual del hielo marino alrededor del continente, que alcanza estacionalmente un área mayor que la del propio continente, modula el intercambio de calor, la humedad y los gases entre la atmósfera y el océano; además a través del rechazo de sal cuando se congela, obliga a la formación de frías aguas del fondo oceánico que se extienden bajo los océanos del mundo. La alteración de este sistema afectará el clima de todo el planeta (ASOC).
Desde que comenzaron los registros, hace 50 años, las temperaturas medias anuales en la Península Antártica han aumentado rápidamente (Turner, et al. 2005; 2001; Vaughan, et al. 2003). Un aumento total de la temperatura media anual del aire, de alrededor de 2.8ºC hace que la región Este, se esté calentando más rápidamente en el hemisferio sur.
Comparable a las regiones del Ártico se calienta rápidamente. En la costa oeste de la Península Antártica, el calentamiento ha sido mucho más lento en verano y primavera que en invierno o en otoño, pero aún así el calentamiento de verano ha sido suficiente para elevar el número de grados positivos en un 74% (Vaughan 2006) y el consiguiente aumento de la fusión ha causado un impacto dramático en la Península Antártica y su ecología (British Antartic Survey www.antartica.ac.uk).
La mayor amenaza para el mundo habitado proviene de la capa de hielo de la Antártida Occidental, que descansa en una cama muy por debajo del nivel del mar y por lo tanto puede tener el potencial de contracción rápida.
La Antártida es tan vasta, remota y difícil de controlar. La capa de hielo de la Antártida contiene el hielo suficiente para elevar el nivel del mar en todo el mundo por más de 60 metros si se derritiera por completo. La cantidad de nieve depositada anualmente sobre la capa de hielo es equivalente a aproximadamente 5 mm de nivel global del mar. Por lo tanto un desequilibrio modesto entre la entrada y salida de hielo podría ser in importante contribuyente a la subida de del nivel del mar en 1.5 a 2 mm por año (ASOC).
En diciembre de 2014 los científicos han informado que la Antártida Occidental se está derritiendo más rápido de lo que se imaginaba, contribuyendo al rápido aumento del nivel del mar. En marzo 2015, los glaciólogos informaron que las plataformas de hielo flotantes que forman una franja a lo largo de la costa del continente, también se están derritiendo.
Por cientos de miles de años, estas estanterías han servido como topes para todo el sistema de la capa de hielo de la Antártida, conteniendo millones de kilómetros cúbicos de los glaciares de la creciente hacia el mar. En la edición de la revista Science, del 27 de marzo pasado, los investigadores de la Universidad de California, en San Diego, descubrieron que las placas de hielo de la Antártida han ido perdiendo volumen a un ritmo creciente en los últimos 18 años (datos obtenidos por satélite).
Las poblaciones de pingüinos Adelia han ido disminuyendo en los últimos años debido a la reducción de las poblaciones de krill y las condiciones cambiantes del clima en sus zonas de nidificación tradicionales.
Los pingüinos Emperador son muy vulnerables al cambio climático; así como el bacalao antártico (ASOC).
La Antártida es el patrimonio natural de la humanidad, su clima tiene injerencia directa en el clima de nuestro planeta, y es quien alberga la reserva de agua dulce más grande del planteta (un 72% apróximadamente), por eso se lo considera patrimonio natural de la humanidad. Sin embargo, nuestras conductas humanas están atentando contra nuestra casa: el "Planta Tierra" y no estamos tomando conciencia de ello. Aún hay tiempo, pero mucho no queda, debemos comenzar a entrar en acción YA!, la Antártida nos está dando señales de alarma, las evidencias ya están a la vista!
Lic. Dora E. Gerez
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