domingo, 14 de julio de 2013

ENTREVISTA AL JEFE DE LA BASE ANTÀRTICA ORCADAS DOTACION 2012

En esta oportunidad, la entrevista es al Jefe de la Base Antártica Orcadas, Dotación 2012; una entrevista a hombre con mucho conocimiento Antártico, la cual el año pasado no pudo realizarse.  

La idea de cada entrevista es poder reflejar lo que sienten, lo que viven y lo que experimentan las personas que van a invernar en las Bases Antárticas, tal vez alguna pregunta se reitera en cada entrevista, ya que cada Dotación y cada hombre experimenta sensaciones distintas. 

Los invito a leer la nota



Nombre: Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles

Estudios: Escuela Naval Militar

Profesión: Oficial de Marina

Antecedentes Antárticos:  Jefe de la Base Antártica Decepción en el año 2009; SubJefe de la Base Antártica Orcadas en el año 2010; Jefe de la Base Antártica Orcadas en el año 2012.




Lic. Dora E. Gerez:

¿Podrías contarnos en cuántas oportunidades has estado en la Antártida y en qué funciones te desempeñaste?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:


Soy un privilegiado, ya que he tenido oportunidad de conformar parte de tres Dotaciones Antárticas en un período de tiempo muy acotado.

En el año 2009 tuve la inolvidable oportunidad de ser designado como Jefe de la Base Antártica Decepción. la cual data del año 1948, y lo curioso es que la misma se encuentra ubicada en la isla de igual nombre, la que en realidad no es otra cosa que el cráter de un volcán activo emergente del mar. Por lo cual, la misma debió ser abandonada el 14 de diciembre de 1967 en plena erupción, la que destruyó otras dos bases antárticas (una inglesa y otra chilena), quedando la argentina abandonada y parcialmente tapada bajo ceniza volcánica y con pie de hielo en el interior de sus edificios durante quince años, siendo reconstruida en 1982.

En el año 2012 inverné por primera vez en la centenaria Base Orcadas, en calidad de Sub-Jefe de Base, y a los meses de haber regresado, me reembarqué nuevamente con rumbo hacia la misma, pero ya con la función de ejercer como Jefe de esa histórica Base. 





Lic. Dora E. Gerez:

En base a tu experiencia antártica, que sabemos es mucha, podrías contarnos la importancia de la presencia argentina en la Antártida?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

Nuestra presencia en el continente blanco es importantísima y nos permite sentirnos orgullosos como argentinos, al constituirnos como un país pionero y con sólidos derechos adquiridos en esas lejanas tierras. 

Somos también uno de los países que opera la mayor cantidad de instalaciones antárticas (seis Bases Permanentes, siete Bases de Verano y más de cincuenta Refugios de uso eventual, así como también por un sinnúmero de hechos y hazañas trascendentales en estos suelos, aires y mares congelados, reconocidos por la comunidad internacional, lo que hace que la República Argentina haya proclamado y mantenga sus derechos de soberanía sobre el Sector Antárticos Argentino, fundados en títulos jurídicos, ocupación y actividad permanentes, contigüidad geográfica y continuidad geológica. En tal sentido, la Argentina forma parte del Tratado Antártico como miembro consultivo, desde su ratificación en el año 1.963, a través de la Ley Nº 15.802.

En tal sentido y particularmente respecto de la Base Orcadas, la misma fue instalada en el año 1.903, luego adquirida y operada ininterrumpidamente por nuestro país desde el día 22 de febrero de 1.904, encontrándose emplazada en la isla Laurie (Archipiélago Orcadas del Sur). Esta fue el primer asentamiento humano permanente de todo el Continente Antártico, habiendo sido la única del mundo que funcionaba aún en pleno invierno polar durante sus primeros cincuenta años de funcionamiento



Lic. Dora E. Gerez:

¿Cuál es la importancia de la Campaña Antártica de Verano y cómo es su logística?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

En el verano polar, las condiciones hidro-meteoro-glaciológicas son menos hostiles, lo que es aprovechado para ser el momento en que no tan solo se renuevan las Dotaciones de las seis Bases Permanentes (Orcadas, San Martín, Esperanza, Belgrano II, Carlini y Marambio), sino que es el período en que también se les provee a éstas, toda la logística necesaria para afrontar una nueva invernada, es decir: combustibles, repuestos, herramientas, alimentos, medicamentos, etc. Mismo así, también es cuando se realizan los trabajos de mantenimiento de gran magnitud, y se habilitan las Bases de Verano (Melchior, Decepción, Brown, Primavera, Petrel, Cámara y Matienzo), cuyas Dotaciones militares realizan un enorme esfuerzo para poder reparar el deterioro que se produce durante nuestra ausencia de todo un año, en donde es muy complejo amortiguar las rigurosidades del clima antártico. El verano también es el momento en que aprovecha la comunidad científica para poder arribar y realizar una gran diversidad de trabajos. 


Foto: Refugio "Cormorán"


Lic. Dora E. Gerez:

Como marino que sos, ¿qué significa para vos haber invernado en la Base Orcadas, por su importancia histórica al ser la primera Base Antártica? y además, ¿qué significó haber sido Jefe de la Base?

Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

Como Marino integrante de las filas de la Armada Argentina, debo destacar que nuestra presencia en esas gélidas latitudes se sustenta en un gran esfuerzo aunado, en pos del mantenimiento de la paz mundial, del desarrollo de la actividad de cooperación científica internacional y la preservación del medio ambiente; aspectos que constituyen los tres pilares fundamentales que sostienen los preceptos que emana el Sistema del Tratado Antártico. 

Como Jefe de Base, me he sentido muy honrado al asignárseme tremendo reconocimiento y responsabilidad y por ser parte de la pequeña comunidad de argentinos que habitaron ese misterioso, prístino, desconocido y hostil continente, en donde todos los parámetros de la naturaleza son lo más extremos del planeta, motivos que fueron los que me incentivaron desde Guardiamarina a solicitar ininterrumpidamente la oportunidad de recalar en esa zona porlar para experimentar esa forma de vida tan dura y compleja. 




Lic. Dora E. Gerez:

¿Podrías contarnos cómo transcurre el año de invernada? ¿cómo es la convivencia, cómo se lleva a estar un año alejado de la familia?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

Cuando se arriba a Orcadas en el verano, para iniciar una invernada, es verdaderamente como iniciar una "carrera contra el reloj", en donde a diario se piensa en adelantar el mayor trabajo posible antes que comiencen a manifestarse los rigurosos cambios climáticos que anticipan la llegada del invierno polar, lo cual dificulta sobremanera la vida y el trabajo en esas latitudes. Es decir, que las temperaturas caerán pasando las tres decenas bajo cero, lo cual hasta hará que se congele el océano, ocasionando la huída de los animales y el inicio de la desolación total en donde hasta el sonido de las olas del mar dejará de oírse, de igual manera como también se incrementará salvajemente el ruido del viento, el cual sobrepasará usualmente la escala máxima de la graduación de 120 nudos de los anemómetros.

Por otro lado, la altura de la nieve dificultará pesadamente el andar de los invernantes entre las distintas instalaciones edilicias, las que se encuentran distribuídas entre los 400 metros por cada lado que confirman el área transitable de la Base, ya que hacia el norte y hacia el sur el mar encierra a la Base en un istmo, mientras que hacia el este se extiende un enorme glaciar y hacia el oeste hace lo propio una cadena montañosa muy empinada. 

Todos esos factores hacen que un día en la Base Antártica Orcadas comience con un importante e impostergable esfuerzo físico consistente en recoger nieve para luego derretirla a fin de obtener el agua para el consumo diario. Prácticamente, solo el factor determinante de una gran intensidad del viento hará que la misma se deba postergar, ya que llegamos a experimentar hasta una temperatura absoluta de -32.5 ºC, lo que con un viento de 15 nudos, bajaba la sensación térmica a -48ºC. A posteriori, era necesario cambiarse la ropa por otra seca y más cómoda para iniciar los trabajos diarios, lo que comenzaremos a hacer luego de beber algún ansiado mate o un reconfortante café caliente. Esto se desarrollaba con un invernante de Guardia quien velaba específicamente por el control y normal funcionamiento de todos los equipos y sistemas a través de permanentes rondas, que en definitiva apuntaban a la seguridad de la Dotación.

Habían dos hombres que por espacio de seis horas se encargarán de derretir aproximadamente 3.000 lts. de agua diarios. Asimismo, otros hacían reparaciones de toda índole y mantenimiento a la variedad de equipos eléctricos y sistemas electrónicos que permiten alivianar la estadía y bienestar del Personal. De igual manera, había que atender la cocina, la limpieza, la sanidad, los generadores, las comunicaciones, los entretenimientos, los vehículos y botes, la clasificación, procesamiento y envasado de los residuos para su repliegue en el verano, como así también, el realizar la recolección, análisis y transmisión de datos meteorológicos, geomagnéticos, sísmicos, geodésicos y biológicos. Rutina que se extendía, hasta las 18.00 hs., ocasión desde la que podíamos disfrutar nuevamente del merecido descanso, siendo ese un períodos de tiempo más oportuno para comunicarnos con nuestras familias, distendernos mirando T.V., o compartir un momento de camaradería mediante algún espontáneo torneo de pool, ping-pong o juegos de azar. Para luego ir tachando un día más en el almanaque, yendo a descansar y recuperando fuerzas y ganas para iniciar en pocas horas un nuevo día, el que dependiendo de la época del año, podrá llegar a confundir nuestro ciclo circadiano gracias al exceso o falta de luz solar respecto de lo que estábamos cotidianamente acostumbrados en casa.



Lic. Dora E. Gerez:

¿Podrías decirnos cómo es la alimentación durante el períodos de invernada?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

Al principio, la alimentación es la misma que en nuestras casas, pero luego irá siendo más restrictiva, al terminarse los víveres frescos, como ser las frutas y verduras. Lo cual hará necesario complementar la demanda de ciertas vitaminas, con complejos multivitamínicos, pese a que se dispone de una buena variedad de frutas y verduras enlatadas y supercongeladas. Así mismo, es muy importante coordinar con el cocinero un menú variado y controlado con mucha atención en la distribución de los consumos, de manera de llegar a fin de año pudiendo ofrecerles a nuestros paladares la misma variedad de platos que al iniciarse la invernada. 

Foto: Dotaciòn 2012 Base Orcadas

Lic. Dora E. Gerez:

¿Cuál es la responsabilidad del Jefe de una Base Antártica?

Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

La responsabilidad asumida por un Jefe de Base Antártica es gigante y permanente, ya que vela continuamente porque todos los que fueron, sean los que vuelvan y en idénticas condiciones psico-físicas. Mismo así no tan solo debe esforzarse en una correcta gestión de mantenimiento de todas las instalaciones edilicias, sino principalmente prevenir que éstas no sufran algún tipo de accidente que las destruya apenas en minutos, arriesgando en ello la vida de sus habitantes. Y por último, es el embajador, no tan solo ante los fascinados ojos de los turistas de diferentes países del mundo que suelen visitar la Base en verano, sino que fundamentalmente ante cualquier visita oficial de la cincuentena de países conformantes del Sistema del Tratado Antártico, los que suelen inspeccionar las distintas Bases en resguardo, entre otras cosas, de los compromisos ambientales que prevé el mismo. 



Lic. Dora E. Gerez:

¿Qué tipo de trabajos o investigciones se realizan en Orcadas?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

He compartido la invernada con el personal militar de la Armada Argentina que me acompañó en la compleja y ruda misión logística, al igual que por parte del personal dedicado a las tareas científicas, representado por hombres de la Fuerza Aérea Argentina y de la Dirección Nacional del Antártico. 

En tal sentido, el "Comunicante" se encargaba de mantener el enlace operativo de la Base con las distintas dependencias de la Armada Argentina, así como de la gestión administrativa mediante los sistemas de comunicaciones, vitales para minimizar la situación de aislamiento; el "Cocinero, quien nos deleitó a diario con su inspiración gastronómica; al igual que las comodidades y servicio que nos permitió sentirnos a gusto como en nuestras casas gracias al permanente control en los bienes de consumo que realizaba el "Camarero"; también el "Electrónico" nos permitió poder disponer de las bondades que nos ofrecía la telefonía satelital e Internet; los "Maquinistas" eran celosos guardianes del corazón de la Base, constituido por los potentes motores generadores, siendo encargados también del funcionamiento de la mayoría de los sistemas esenciales, combustibles, de los motores de los vehículos, botes y moto de nieve; también el "Control de Averías", quien era un hombre clave para la solución de las más inesperadas y variadas contingencias que sufren las expuestas estructuras de la Base; alguien como la "Médica" y el "Enfermero" en sus roles como agente de la salud, nos transmitían una invaluable tranquilidad con su sola presencia, quienes mientras menos trabajo tenían como tales, tanto mejor se interpretaba para el resto; el "Electricista" era quien cargaba con la responsabilidad de las instalaciones eléctricas de la Base, de la que dependemos todos para toda cuestión. También la Dotación Naval se complementaba con tres hombres de la Fuerza Aérea Argentina, quienes se sorprendieron numerosas veces por los extraños fenómenos y extremos parámetros meteorológicos, correspondiéndoles a ellos la custodia de la primer Estación Meteorológica y de Geomagnetismo del mundo en el continente albino.

También nos acompañaba un "Técnico Electrónico" perteneciente a la Dirección Nacional del Antártico, quien se encargaba del monitoreo sísmico  y geodésico de la isla; así como dos "Guardiaparques" quienes se encargaban de los censos de la fauna local. 

En cuanto al equipo de trabajo, era imperativo conformar un grupo cohesionado en un fin común, y que debíamos asumir con alto compromiso, lo que se plasma simplemente al entregar una Base Antártica en mejores condiciones de la que se recibió. Meta profesional y personal que debería ser siempre el propósito principal de todo invernante, cuyos resultados palpables, son espejo de un genuino interés y cariño por la Base y la Antártida. 





Lic. Dora E. Gerez:

¿Podrías contarnos alguna experiencia en particular que hayas vivido durante lo que va de la invernada, de modo que los lectores del Blog puedan comprender un poco más lo que sifnifica estar trabajando en un lugar tan maravilloso como la Antártida?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

Allá se viven anécdotas de las más variadas. Una noche nos dimos un susto mientras dormíamos, porque se produjo un sismo de 5,7 puntos (según la escala de Richter), cuyo epicentro se manifestó a 25 km. al norte de la isla Laurie, en donde se encuentra emplazada la Base Orcadas. 

En tal ocasión, también se escuchó un fuerte estruendo debido a la fractura del cascarón de hielo que envuelve la casa, debido a la vibración que se produjo en el terreno por espacio de unos nueve segundos, para luego producirse una réplica, aunque menor en duración e intensidad. 

Pero también vivimos otra ansiosa experiencia, ya que uno de los invernantes el Suboficial Primero Maquinista Elio Rolando CHAUQUI, oriundo de la Provincia de Salta, a mitad de año fue papá de su séptimo hijo, ya que su señora Esposa Nanchy Julieta Rodríguez tenía fecha para una cesárea programada a realizarse el día 16 de agosto, en donde nació Tomás Julián. Tal Suboficial de la Armada, nos produjo al resto de los invernantes una particular admiración , tras su determinación de ir a la Antártida con nosotros, preparándose para tal singular episodio, serena y felizmente para ser papá a la distancia. 


Foto: Dotaciòn 2012 Base Orcadas

Lic. Dora E. Gerez:

¿Volverías a invernar nuevamente? ¿Por qué?

Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

Por supuesto que sí, ya que es una experiencia anecdótica e irrepetible en otro lugar, y pese a que es sumamente compleja al ser física y psíquicamente muy demandante, tiene la increíble oportunidad que nos permite interactuar en un estilo de convivencia en armonía entre el hombre y una naturaleza tan pura y pristina, lo que entre otras cosas, es alguno de los ingredientes de un modo de vida que lamentablemente es alcanzable por pocas personas, lo que lo hace difícil de explicar, pudiéndolo ser interpretado solo por otro invernante. 




Lic. Dora E. Gerez:

En Base a tu experiencia Antártica, ¿qué podrías decirles a nuestros lectores sobre la Antártida?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

En situaciones particulares como lo es una invernada en una Base Antártica, las mayores dificultades no pasan por la desolación del lugar, ni por rigurosidad climática, ni por la ausencia de los afectos familiares, ni por la falta de algunos elementos materiales, o por tener que adaptarse a una dieta carente de frutas y verduras frescas por su carácter perecedero, sino que lo más difícil es lograr una convivencia en armonía con el resto de los invernantes. Por lo cual , allá se aprende a pulir la paciencia, la tolerancia, la solidaridad, el compañerismo, la conciencia y el diálogo, siendo tales aspectos realmente necesarios en toda sociedad, comenzando en el seno de todas las familias, ya que su práctica asegurará un mejor pasar, intensificará más los buenos momentos y minimizará los malos. 

Foto: Dotación 2012 Base Orcadas


Lic. Dora E. Gerez:

¿Qué es lo que más se extraña?


Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles:

Creo que la palabra más acertada sería "valorar", más que "extrañar", ya que en la Antártida, todos los sentires se potencian, tanto así los pesares, como los motivos de felicidad. Es decir, que creo que en ausencia de lo que usualmente se tiene al alcance en la vida continental, se aprende a valorar con mayor profundidad la familia, los amigos, una sencilla comida cacera, la fácil disponibilidad de agua de buena calidad, un día de buen clima, las frutas y verduras frescas, así como de una larguísima lista de cotidianeidades a lo que uno está acostumbrado, y naturalmente da por sentado que simplemente están allí.


Fotos: Capitán de Corbeta Ariel Gustavo Siles


¡Gracias Capitán Siles!

2 comentarios:

  1. Capitán Siles: su modo de expresarse, su filosofía de vida y experiencia hacen que este reportaje sea un lujo para todos aquellos que tienen la oportunidad de leerlo. Lo felicito por su labor.

    ResponderEliminar